Llegó a mi esta esntrevista de Mauricio Kruchik. En seguida la devoré de principio a fin, Mauricio es un reflexólogo muy reconocido y admirado. Todas mujeres que han ido a sus formaciones o conferencias no han quedado indiferentes y cuentan haber vivido experiencias únicas en esas sesiones.
Os dejo esta entrevista y el enlace original para quele echéis un vistazo, porque... no tiene desperdicio nada de lo que dice.
"La reflexología no interfiere en los procesos naturales", Entrevista a Mauricio
Kruchik, reflexólogo
Mireia Long | 30 de octubre de 2012
En Bebés y más, siempre desde nuestra linea de trabajar de ofreciéndole a
nuestros lectores el mayor rigor posible, os hemos hablado de fórmulas
alternativas para mejorar la experiencia del embarazo y el parto: masajes,
ejercios de respiración, canto,
acupuntura
y hoy queremos conocer mejor lo que ofrece la reflexogía a las
madres.
Para acercaros la reflexología hemos entrevistado a Mauricio Kruchik,
uno de los más conocidos especialistas en la reflexología y la
maternidad. Yo, debo decir, tengo dudas sobre estas terapias
alternativas, pero precisamente, por mis dudas, creo que es interesante
averiguar cual es la base en la que se apoyan.
"MÉTODO ÁNGELES HINOJOSA" - Cambiando el concepto de salud en los niños -
sábado, 8 de diciembre de 2012
jueves, 8 de noviembre de 2012
FIEBRE EN LOS NIÑOS
La fiebre es uno de los síntomas que con frecuencia viven nuestros pequeños y nos enfrentan a una toma de decisiones que durante mucho tiempo ha sido la de combatirla mediante antitérmicos.
La primera vez que mi pequeño tuvo un episodio de fiebre que yo consideré que era elevada, 38,5ºC, acudí a mi pediatra y me explicó que este tipo de episodios era frecuente en los más pequeños de la casa, por aquel entonces no conocía la reflexología. Por suerte para mi, el pediatra me explicó que tenía que diferenciar febrícula de fiebre, y que lo importante era ver el estado anímico del niño para preocuparme o no por él ya que la fiebre es el mecanismo natural del cuerpo para combatir cualquier virus o bacteria y que era importante dejarlo actuar ya que es el mecanismo más rápido con el que cuenta nuestro cuerpo para combatir realmente el problema real y el cuerpo tiene que aprender a defenderse por sí solo. Desconfiada de estas palabras que hoy considero muy sabias, busqué más información al respecto y este es uno de los artículos que leí y acabó de convencerme para creer que la fiebre no es un síntoma por sí solo al que he de actuar por sistema con un antitérmico. Ahora confío en el proceso natural de defensa de nuestro cuerpo en caso necesario en casa lo acompañamos de reflexología y antes de efectuar el paso de dar un antitérmico a mis enanos procuro si así lo creo necesario, combatir la fiebre con métodos menos agresivos como por ejemplo algo de paños de agua fría y muchos mimos, hasta que descubro qué es lo que realmente provoca la fiebre.
Poco tiempo después, descubrí otro artículo que hoy después de pasar con Noa, mi pequeña, dos días de fiebres altas, enrte 38º y más de 40º, decido añidarlo también, aunque mucha de la información ente ambos artículos es coincidente, en este último además habla de los efectos que pueden llegar a tener los antitérminos, espero que os interese. Además, lo pongo, porque una persona muy querida por mi que ayer mismo me preguntó por mi princesa, me comentó el tema de las convulsiones, al contarle yo que no le había dado los antitérmicos famosos y que había decidido solo combatir la fiebre para apaciguar su cansancio y fatiga con sesiones de reflexología podal,y paños de agua fresquita, le recomendé que leyera estos artículos que hablan sobre el mito de las convulsiones y la fiebre.
Copio aquí los artículos que mencionaba para que veais la opinión de algunos expertos:
Durante mucho tiempo, bajar la fiebre ha sido casi un dogma de fe incuestionable en nuestra sociedad y aún lo sigue siendo en muchos ámbitos. Cuando la temperatura del termómetro se eleva, amenazador, por encima de los 37 ºC se convierte automáticamente, para muchos, en dos cosas: En una señal de peligro y en el pistoletazo de salida para rebajarla cuanto antes (con los omnipresentes y socorridos paracetamol e ibuprofeno).
Nuestra cultura muestra una arraigada aversión a la fiebre y, cuando hablamos de padres primerizos, esta aversión puede convertirse en una verdadera fiebrofobia, de la cual son muy conscientes los pediatras. En buena parte, ello se debe a que detrás de la fiebre existen muchos mitos terroríficos que implican, sobre todo, a los más pequeños. El principal mito y que más miedo deja a su paso es el mito de que la fiebre puede provocar un daño cerebral grave e irreversible (algo que no ocurre salvo a temperaturas muy elevadas, por encima de 42º C). El otro mito terrorífico es la supuesta capacidad de la fiebre para provocar graves convulsiones (de producirse, son leves y suelen aparecer con fiebres bajas y, además, el tratamiento de la fiebre no las previene).
Pese a todo lo anterior, entre los profesionales médicos se está extendiendo más y más una posición racional y científica ante el tratamiento de la fiebre, lejos de los miedos sin fundamentos y generalizados en torno a ella. Los estudios clínicos comparativos sobre las ventajas y desventajas de tratar o no la fiebre se incrementan con los años y la información de la que se dispone para actuar es mucho mayor. A la vista de lo que se sabe, ¿se debe o no se debe combatir la fiebre?
Con esta entrada, me gustaría iniciar una serie de "educación pediátrica", sobre algunos de los temas de consulta más habituales. Y es que una información correcta nos puede ahorrar a los padres angustia y desplazamientos innecesarios, y a los médicos tiempo, lo que no les vendrá nada mal, dado el colapso que ya hay en muchos centros sanitarios y la que se nos viene encima, con los recortes anunciados.
Empiezo con la fiebre, ya que es el motivo más habitual de consulta en pediatría, hasta en el 50% de los casos, según Jesús Martínez, pediatra y autor del blog El médico de mi hij@ y promotor del grupo de Facebook con el mismo nombre, del que ya he escrito en algunas ocasiones. En mi caso es verdad. Cada vez que uno de mis churumbeles se pone más calentito de lo normal, me tengo que repetir este mantra: "La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga". Normalmente, el mantra interior viene seguido de cruce de miradas con Eduardo, y la pregunta, por cualquiera de los dos: "¿Qué hacemos, vamos a que el pediatra le eche un vistazo?".
La primera vez que mi pequeño tuvo un episodio de fiebre que yo consideré que era elevada, 38,5ºC, acudí a mi pediatra y me explicó que este tipo de episodios era frecuente en los más pequeños de la casa, por aquel entonces no conocía la reflexología. Por suerte para mi, el pediatra me explicó que tenía que diferenciar febrícula de fiebre, y que lo importante era ver el estado anímico del niño para preocuparme o no por él ya que la fiebre es el mecanismo natural del cuerpo para combatir cualquier virus o bacteria y que era importante dejarlo actuar ya que es el mecanismo más rápido con el que cuenta nuestro cuerpo para combatir realmente el problema real y el cuerpo tiene que aprender a defenderse por sí solo. Desconfiada de estas palabras que hoy considero muy sabias, busqué más información al respecto y este es uno de los artículos que leí y acabó de convencerme para creer que la fiebre no es un síntoma por sí solo al que he de actuar por sistema con un antitérmico. Ahora confío en el proceso natural de defensa de nuestro cuerpo en caso necesario en casa lo acompañamos de reflexología y antes de efectuar el paso de dar un antitérmico a mis enanos procuro si así lo creo necesario, combatir la fiebre con métodos menos agresivos como por ejemplo algo de paños de agua fría y muchos mimos, hasta que descubro qué es lo que realmente provoca la fiebre.
Poco tiempo después, descubrí otro artículo que hoy después de pasar con Noa, mi pequeña, dos días de fiebres altas, enrte 38º y más de 40º, decido añidarlo también, aunque mucha de la información ente ambos artículos es coincidente, en este último además habla de los efectos que pueden llegar a tener los antitérminos, espero que os interese. Además, lo pongo, porque una persona muy querida por mi que ayer mismo me preguntó por mi princesa, me comentó el tema de las convulsiones, al contarle yo que no le había dado los antitérmicos famosos y que había decidido solo combatir la fiebre para apaciguar su cansancio y fatiga con sesiones de reflexología podal,y paños de agua fresquita, le recomendé que leyera estos artículos que hablan sobre el mito de las convulsiones y la fiebre.
Copio aquí los artículos que mencionaba para que veais la opinión de algunos expertos:
Bajar o no bajar la fiebre, he ahí la cuestión
Por: Esther Samper | 13 de enero de 2012
Nuestra cultura muestra una arraigada aversión a la fiebre y, cuando hablamos de padres primerizos, esta aversión puede convertirse en una verdadera fiebrofobia, de la cual son muy conscientes los pediatras. En buena parte, ello se debe a que detrás de la fiebre existen muchos mitos terroríficos que implican, sobre todo, a los más pequeños. El principal mito y que más miedo deja a su paso es el mito de que la fiebre puede provocar un daño cerebral grave e irreversible (algo que no ocurre salvo a temperaturas muy elevadas, por encima de 42º C). El otro mito terrorífico es la supuesta capacidad de la fiebre para provocar graves convulsiones (de producirse, son leves y suelen aparecer con fiebres bajas y, además, el tratamiento de la fiebre no las previene).
Pese a todo lo anterior, entre los profesionales médicos se está extendiendo más y más una posición racional y científica ante el tratamiento de la fiebre, lejos de los miedos sin fundamentos y generalizados en torno a ella. Los estudios clínicos comparativos sobre las ventajas y desventajas de tratar o no la fiebre se incrementan con los años y la información de la que se dispone para actuar es mucho mayor. A la vista de lo que se sabe, ¿se debe o no se debe combatir la fiebre?
Lo primero que debemos tener en cuenta sobre la fiebre es que es un mecanismo de defensa natural, que se produce, casi siempre, en respuesta a una infección en el que los microbichos habituales suelen ser principalmente los virus y, con menor frecuencia, las bacterias. Por tanto, la fiebre en sí misma no tiene por qué ser mala, ni muchísimo menos. De hecho, múltiples estudios constatan que dificulta la proliferación de virus y bacterias y que mejora la respuesta del sistema inmune desde diversos frentes.
¿Podría ser, entonces, que tratar la fiebre fuera, en realidad, peor que no tratarla? Los resultados que están ofreciendo los últimos estudios científicos sobre el tema reflejan que, por lo general, la utilización de tratamientos contra la fiebre no acorta la duración de la enfermedad y que existe, además, el riesgo de efectos adversos. En cuanto a mortalidad, en estudios experimentales con animales, por ejemplo, sabemos que el uso de antitérmicos eleva el riesgo de muerte (en tratamientos contra la gripe y en tratamientos frente a neumonías, entre otros). Sin embargo, son muy pocos los estudios realizados en humanos sobre este aspecto y, desde la comunidad científica médica, se solicitan con urgencia.
De entre los pocos estudios de cierta calidad que podemos encontrar sobre la relación entre antitérmicos y mortalidad, se halla el estudio realizado en la Universidad de Miami sobre 82 pacientes críticos. En él se constató que el grupo de personas que recibía tratamiento contra la fiebre a 38.5 ºC poseía una mortalidad mayor (7 personas) que el grupo de personas que recibía el tratamiento a 40 ºC (1 persona). No es un tamaño de muestra muy grande y es imprescindible que se realicen más estudios como éste con una mayor cantidad de personas pero es, sin lugar a dudas, una razón de peso para replantearse la actuación médica predominante frente a la fiebre.
Así pues, ¿qué hacer ante la fiebre? La postura más clara (planteada por instituciones como el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica de Estados Unidos), en estos momentos, es que no hay que combatir la fiebre a diestro y siniestro sino en casos puntuales. Como se comenta con frecuencia entre los médicos: "hay que tratar a la persona y no al termómetro" y, así, según las condiciones del paciente pueden o no estar indicados los antitérmicos.
De esta forma, estaría indicado su uso, por ejemplo, en niños con fiebre y evidente malestar general (los que están con fiebre y buen estado no lo necesitarían), cuando se posee una fiebre de 40ºC o superior o de larga duración y en determinados enfermos críticos o crónicos. De rutina, no hay que tener miedo a la fiebre, sino identificar aquello que lo desencadena y actuar con sentido común frente a ello. Aunque como en todo, hay excepciones. Sí que hay 3 casos en el que la presencia de fiebre, por sí sola, puede ser una señal de alarma:
-Fiebre por encima de los 40 ºC en cualquier persona
-Fiebre de 4 o más días de duración en niños.
-Bebé menor de 3 meses con fiebre
En los 2 primeros casos, hay que ir sin demora al médico y, en el caso de fiebre en un bebé menor de 3 meses, acudir corriendo a urgencias.
http://blogs.elpais.com/la-doctora-shora/2012/01/bajar-o-no-bajar-la-fiebre-he-ahi-la-cuestion.html¿Podría ser, entonces, que tratar la fiebre fuera, en realidad, peor que no tratarla? Los resultados que están ofreciendo los últimos estudios científicos sobre el tema reflejan que, por lo general, la utilización de tratamientos contra la fiebre no acorta la duración de la enfermedad y que existe, además, el riesgo de efectos adversos. En cuanto a mortalidad, en estudios experimentales con animales, por ejemplo, sabemos que el uso de antitérmicos eleva el riesgo de muerte (en tratamientos contra la gripe y en tratamientos frente a neumonías, entre otros). Sin embargo, son muy pocos los estudios realizados en humanos sobre este aspecto y, desde la comunidad científica médica, se solicitan con urgencia.
De entre los pocos estudios de cierta calidad que podemos encontrar sobre la relación entre antitérmicos y mortalidad, se halla el estudio realizado en la Universidad de Miami sobre 82 pacientes críticos. En él se constató que el grupo de personas que recibía tratamiento contra la fiebre a 38.5 ºC poseía una mortalidad mayor (7 personas) que el grupo de personas que recibía el tratamiento a 40 ºC (1 persona). No es un tamaño de muestra muy grande y es imprescindible que se realicen más estudios como éste con una mayor cantidad de personas pero es, sin lugar a dudas, una razón de peso para replantearse la actuación médica predominante frente a la fiebre.
Así pues, ¿qué hacer ante la fiebre? La postura más clara (planteada por instituciones como el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica de Estados Unidos), en estos momentos, es que no hay que combatir la fiebre a diestro y siniestro sino en casos puntuales. Como se comenta con frecuencia entre los médicos: "hay que tratar a la persona y no al termómetro" y, así, según las condiciones del paciente pueden o no estar indicados los antitérmicos.
De esta forma, estaría indicado su uso, por ejemplo, en niños con fiebre y evidente malestar general (los que están con fiebre y buen estado no lo necesitarían), cuando se posee una fiebre de 40ºC o superior o de larga duración y en determinados enfermos críticos o crónicos. De rutina, no hay que tener miedo a la fiebre, sino identificar aquello que lo desencadena y actuar con sentido común frente a ello. Aunque como en todo, hay excepciones. Sí que hay 3 casos en el que la presencia de fiebre, por sí sola, puede ser una señal de alarma:
-Fiebre por encima de los 40 ºC en cualquier persona
-Fiebre de 4 o más días de duración en niños.
-Bebé menor de 3 meses con fiebre
En los 2 primeros casos, hay que ir sin demora al médico y, en el caso de fiebre en un bebé menor de 3 meses, acudir corriendo a urgencias.
Repetid este mantra: "La fiebre es mi amiga"
Por: Cecilia Jan| 20 de abril de 2012
No soy capaz de recordar las veces que habré ido a Urgencias o al pediatra sin cita previa desde que soy madre. En mi ranking particular de causas, están fiebre, tos, mocos, picaduras y dermatitis. Pero últimamente, vamos menos, gracias a una mezcla de la famosa inmunización de los niños con la edad (sí, sí, hay esperanza: David, con cuatro años y medio, ya no tiene el moco siempre colgando ni la tos permanente de los tres primeros años), algo de experiencia, y algunas dosis de concienciación.
Con esta entrada, me gustaría iniciar una serie de "educación pediátrica", sobre algunos de los temas de consulta más habituales. Y es que una información correcta nos puede ahorrar a los padres angustia y desplazamientos innecesarios, y a los médicos tiempo, lo que no les vendrá nada mal, dado el colapso que ya hay en muchos centros sanitarios y la que se nos viene encima, con los recortes anunciados.

Y he de decir que estoy muy orgullosa porque últimamente he conseguido resistir varias veces el impulso de llegarme a Urgencias, y en su lugar, he hecho lo que aconsejan los médicos cuando no hay más síntomas que la fiebre: quedarme en casa y esperar a ver cómo evoluciona.
Normalmente, la evolución es que la fiebre se espacia cada vez más, y a los dos-tres días te das cuenta de que el niño está como una rosa, con mocos y tos, pero como una rosa. Y te has ahorrado una visita al pediatra, en una sala de espera llena de gérmenes, para que te digan "Es muy pronto, pero probablemente será un virus. Dalsy (ibuprofeno) o Apiretal (paracetamol) cada seis-ocho horas y mucho líquido, y vuelve si no se le quita en un par de días".
"La fiebre es la reacción que tiene nuestro organismo para defenderse de los ataques externos. Si el cuerpo sube la temperatura, el germen atacante está más incómodo, se reproduce menos", explica Jesús Martínez en palabras sencillas. Por tanto, insiste, es una aliada. De hecho, cuenta que "antes de que existieran los antibióticos, la mamá se quedaba más tranquila cuando subía la fiebre, porque sabía que el niño se iba a mejorar".
Sin embargo, dice Martínez, desde que se generalizó el uso de los termómetros, se ha extendido la fiebrefobia, una obsesión por que no suba la temperatura. E insiste en que lo que hay que tratar es el malestar que puede llevar aparejada la fiebre, pero no la temperatura en sí. "Hay que conseguir que el crío no esté llorón, irritable. Pero si está pegando saltos con 40º C, no hace falta bajar la fiebre. Ni despertar al niño cuando duerme" para darle el antitérmico.
A esta fiebrefobia han contribuido los propios médicos, admite Martínez: "Vas a Urgencias con un brazo roto y te preguntan si has tenido fiebre", bromea. "Yo les digo siempre lo mismo a los padres: la fiebre no me interesa. ¿Qué más le pasa al niño?".
Otra causa de la obsesión por bajar la fiebre es la sucesión de mitos en torno a la misma, como que produce meningitis o convulsiones o que te puede freír el cerebro (Amalia Arce, la mamá pediatra, también habla de este tema en su blog y en la web del Hospital de Nens, en el que trabaja). "Es al revés. La meningitis te puede dar fiebre muy alta, de 40º o 41ºC, pero con muchos otros síntomas. Un niño puede estar muriéndose de meningitis con solo 37,5ºC", dice el pediatra, que asegura que tampoco se quema el cerebro. En cuanto a las convulsiones, explica que "aparecen por variaciones bruscas de la temperatura, es decir, porque sube muy rápidamente la fiebre o porque la bajamos muy rápidamente". En estos casos, aunque se pasan a los pocos minutos, "te llevas el gran susto porque el niño se pone morado y no respira, pero no puedes hacer nada, más que llevarlo al médico a que lo vean y te tranquilicen".
Martínez recuerda que los niños pequeños son menos eficaces para bajar la temperatura que los adultos, por lo que tienen muchas subidas de temperatura por ir sobreabrigados, al dormir la siesta... Y también porque les atacan con más frecuencia los "virus "cortos", que se curan solos en 24-48 horas. Por eso, ante una fiebre de corta evolución, como un par de horas, no sirve de nada ir al pediatra, "porque no se puede ver nada". "Quédate en casa, obsérvalo, y si lleva 24-48 horas y tiene otros síntomas, como mucha tos y mocos, o diarrea, consulta", recomienda. En cualquier caso, hay que acudir al médico cuando hay fiebre en estas circunstancias:
También, aunque muchos pediatras aún lo prescriban, recomienda no alternar ambos, ya que la evidencia científica no ha encontrado beneficios significativos en esa alternancia, y sí puede potenciar los efectos secundarios de ambos o aumentar el riesgo de error en la dosificación.
En resumen, la fiebre no es mala de por sí, al contrario, es un arma de nuestro cuerpo para controlar las infecciones. Así que cuando se presente, no hay que dar antitérmicos para bajarla a toda costa, sino sólo si causa malestar al niño. Ni hay que salir corriendo a Urgencias, sino ver la evolución y si hay otros síntomas. Repetid conmigo: "La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga".
http://blogs.elpais.com/mamas-papas/2012/04/repetid-este-mantra-la-fiebre-es-mi-amiga.html
Normalmente, la evolución es que la fiebre se espacia cada vez más, y a los dos-tres días te das cuenta de que el niño está como una rosa, con mocos y tos, pero como una rosa. Y te has ahorrado una visita al pediatra, en una sala de espera llena de gérmenes, para que te digan "Es muy pronto, pero probablemente será un virus. Dalsy (ibuprofeno) o Apiretal (paracetamol) cada seis-ocho horas y mucho líquido, y vuelve si no se le quita en un par de días".
"La fiebre es la reacción que tiene nuestro organismo para defenderse de los ataques externos. Si el cuerpo sube la temperatura, el germen atacante está más incómodo, se reproduce menos", explica Jesús Martínez en palabras sencillas. Por tanto, insiste, es una aliada. De hecho, cuenta que "antes de que existieran los antibióticos, la mamá se quedaba más tranquila cuando subía la fiebre, porque sabía que el niño se iba a mejorar".
Sin embargo, dice Martínez, desde que se generalizó el uso de los termómetros, se ha extendido la fiebrefobia, una obsesión por que no suba la temperatura. E insiste en que lo que hay que tratar es el malestar que puede llevar aparejada la fiebre, pero no la temperatura en sí. "Hay que conseguir que el crío no esté llorón, irritable. Pero si está pegando saltos con 40º C, no hace falta bajar la fiebre. Ni despertar al niño cuando duerme" para darle el antitérmico.
A esta fiebrefobia han contribuido los propios médicos, admite Martínez: "Vas a Urgencias con un brazo roto y te preguntan si has tenido fiebre", bromea. "Yo les digo siempre lo mismo a los padres: la fiebre no me interesa. ¿Qué más le pasa al niño?".
Otra causa de la obsesión por bajar la fiebre es la sucesión de mitos en torno a la misma, como que produce meningitis o convulsiones o que te puede freír el cerebro (Amalia Arce, la mamá pediatra, también habla de este tema en su blog y en la web del Hospital de Nens, en el que trabaja). "Es al revés. La meningitis te puede dar fiebre muy alta, de 40º o 41ºC, pero con muchos otros síntomas. Un niño puede estar muriéndose de meningitis con solo 37,5ºC", dice el pediatra, que asegura que tampoco se quema el cerebro. En cuanto a las convulsiones, explica que "aparecen por variaciones bruscas de la temperatura, es decir, porque sube muy rápidamente la fiebre o porque la bajamos muy rápidamente". En estos casos, aunque se pasan a los pocos minutos, "te llevas el gran susto porque el niño se pone morado y no respira, pero no puedes hacer nada, más que llevarlo al médico a que lo vean y te tranquilicen".
Martínez recuerda que los niños pequeños son menos eficaces para bajar la temperatura que los adultos, por lo que tienen muchas subidas de temperatura por ir sobreabrigados, al dormir la siesta... Y también porque les atacan con más frecuencia los "virus "cortos", que se curan solos en 24-48 horas. Por eso, ante una fiebre de corta evolución, como un par de horas, no sirve de nada ir al pediatra, "porque no se puede ver nada". "Quédate en casa, obsérvalo, y si lleva 24-48 horas y tiene otros síntomas, como mucha tos y mocos, o diarrea, consulta", recomienda. En cualquier caso, hay que acudir al médico cuando hay fiebre en estas circunstancias:
- Si es menor de tres meses, hay que consultar con el pediatra cuando aparezca, puede haber una infección oculta, como las de orina.
- Si se prolonga tres o cuatro días sin otro síntoma.
- Si hay una gran irritabilidad, no para de llorar, tiene un comportamiento raro.
- Si está absolutamente decaído, no se espabila, tiene un color raro, no come nada.
- Si tiene dificultad respiratoria grave.
También, aunque muchos pediatras aún lo prescriban, recomienda no alternar ambos, ya que la evidencia científica no ha encontrado beneficios significativos en esa alternancia, y sí puede potenciar los efectos secundarios de ambos o aumentar el riesgo de error en la dosificación.
En resumen, la fiebre no es mala de por sí, al contrario, es un arma de nuestro cuerpo para controlar las infecciones. Así que cuando se presente, no hay que dar antitérmicos para bajarla a toda costa, sino sólo si causa malestar al niño. Ni hay que salir corriendo a Urgencias, sino ver la evolución y si hay otros síntomas. Repetid conmigo: "La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga. La fiebre es mi amiga".
http://blogs.elpais.com/mamas-papas/2012/04/repetid-este-mantra-la-fiebre-es-mi-amiga.html
miércoles, 7 de noviembre de 2012
EL CUERPO GRITA LO QUE LA BOCA CALLA!!
"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma"
J. S. Bach
domingo, 28 de octubre de 2012
DALAI LAMA DICE...
"Si la mente está ocupada en pensamientos positivos, es más difícil que el cuerpo enferme."
Dalai Lama.
Dalai Lama.
domingo, 21 de octubre de 2012
Reflexología Infantil en RNE.
Justo hace uno días una compañera, María Ruiz de Apodaca, conseguía hablar de la Reflexología Podal Infantil en un medio de comunicación tan masivo como es la Radio.
Participa con una colaboración en el programa de salud de Yolanda Flores de RNE, os recomiendo que lo escuchéis y si tenéis prisa pues a partir del minuto 8.25.
![]() |
www.mismanosentuspies.com |
Si quieres escuchar sobre el tema pincha aquí o directamente en el enlace que dejo, la verdad es que merece la pena oirlo y DIFUNDIRLO!!!!
http://www.rtve.es/alacarta/audios/nunca-es-tarde/nunca-tarde-importancia-pies/1554545/
martes, 9 de octubre de 2012
QUÉ MENSAJE TE DA TU CUERPO QUE TE NIEGAS A ESCUCHAR?
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?
Elige alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, armonizar las sensaciones y recuperar la alegría.
Todos precisan saludablemente de un oyente interesado.
Pero todo depende, principalmente, de nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan mudanzas en nuestra vida.
FUENTE: PLANTAS MEDICINALES
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?
Elige alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, armonizar las sensaciones y recuperar la alegría.
Todos precisan saludablemente de un oyente interesado.
Pero todo depende, principalmente, de nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan mudanzas en nuestra vida.
FUENTE: PLANTAS MEDICINALES
miércoles, 19 de septiembre de 2012
ENTREVISTA A GHISLAINE LANCTOT
Cuando leí esta entrevista me contagié de energía positiva. La forma de ver la vida de esta mujer me resultó admirable, su posición ante la enfermedad, todo fortaleza, sosiego y paz, quizá la palabra es harmonía o equilibrio o quizá ambas.
Confía en su cuerpo, sabe que es la máquina perfecta.
En seguida busqué en internet quién era la autora y resultó ser una polémica escritora, nacida en Canadá, y famosa por su valentía de escribir dos libros en los que pone en tela de juicio el funcionamiento del sistema médico.
Ha dado mucho que pensar a mentes inquietas, y la verdad es que a mi no me ha dejado infiferente.
Os la copio por si os apetece echarle un vistazo, yo os invito a ello.
Pero, me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más.
Crea en usted!
Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver que te sucede.
Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios. Morirían igual sin medicamentos.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado mucho la salud, es una medicina de enfermedad y lucha! No es una medicina de salud y de vida.
–Respetan más el organismo que la
medicina industrial, desde luego: La bioenergética, Homeopatía (será la medicina del
siglo XXI), Acupuntura, Fitoterapia, Reflexoterapia, Masoterapia (masajes, drenaje
linfático, etc.)
La práctica del Yoga, La Meditación, son más baratas y menos peligrosas.!!!
Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
Y, encima, cada día aparecen más cánceres! Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., no habrá cáncer!
Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo...
Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Nuestro cuerpo es el camino y
cualquier proceso de salud ,desde una gripe o un cáncer, nos da la oportunidad
de aprender, en tantos aspectos, a amarme, valorar, adaptarme, mirarme, tener conciencia,
ser mas humano, mas solidario, o aceptar.
Que este proceso es una etapa para crecer en un despertar de conciencia o inclusive para entender que el partir es algo normal al cual todos llegamos de diferente manera, pues cada uno es un universo y a cada uno se le da en el momento perfecto .
Confía en su cuerpo, sabe que es la máquina perfecta.
En seguida busqué en internet quién era la autora y resultó ser una polémica escritora, nacida en Canadá, y famosa por su valentía de escribir dos libros en los que pone en tela de juicio el funcionamiento del sistema médico.
Ha dado mucho que pensar a mentes inquietas, y la verdad es que a mi no me ha dejado infiferente.
Os la copio por si os apetece echarle un vistazo, yo os invito a ello.
Entrevista realizada por Victor M.
Amela a Ghislaine Lanctot, ex médica habla sobre sistema médico actual.
Nace en Montreal (Canadá). Fui
médico y hoy soy simplemente Ghislaine Lanctot, médico del
alma.
El camino ?
Tu cuerpo!![]() |
Gislaine Lanctot |
Cree en ti: eres divino y lo has
olvidado.
La medicina actual
Pocas veces nos muestra el camino
de la salud.
Estoy griposo, qué me receta?
–Nada.
Ni un poquito de Frenadol?
-Para qué? Para tapar síntomas?
No.
Atienda a sus síntomas, escúchese!
Y su alma le dará la receta.Pero, me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más.
Crea en usted!
A los virus les da igual lo que yo
crea!
–Cada quien puede escoger asumir o
no su vida y hacer.
Mi actitud sería.
“Me he regalado una gripe. Soy la única
responsable! Debo cuidarme un poco.Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
Se ha “regalado” una gripe, dice?
–Sí! Tu enfermedad viene de ti, no
viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para reencontrarte
contigo mismo.
Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una
desarmonía interior, en tu alma.Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver que te sucede.
Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
Quizá sea más práctica una
pastillita...
–Hacer la guerra a la enfermedad?
Eso propone en ciertos aspectos la medicina actual, y las guerras matan, traen
siempre muertes.
No me dirá ahora que la medicina
mata...
–Un tercio de las personas
hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos!En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios. Morirían igual sin medicamentos.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado mucho la salud, es una medicina de enfermedad y lucha! No es una medicina de salud y de vida.
Medicina de enfermedad? Acláremelo
–En la antigua China, un acupuntor
era despedido si su paciente enfermaba.
O sea, el médico cuidaba de la
salud! Ve? Nuestra medicina requieres revisar muchos aspectos.
Prefiere entonces las medicinas
alternativas...
La práctica del Yoga, La Meditación, son más baratas y menos peligrosas.!!!
Pero no te salvan de un cáncer.
–Dígale eso a la medicina
convencional! Te salva ella de un cáncer?Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
Y, encima, cada día aparecen más cánceres! Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., no habrá cáncer!
Palabras bonitas, pero si un hijo
suyo tuviese un cáncer, qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo:
eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. El miedo es el
peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas.Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo...
Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Bien, pues tengamos el alma
pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
– Las fabrican con células ováricas
de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de
ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus). Inyectaría
usted eso a sus hijos?
Pero se pasa mal con la enfermedad
, eh.?
–Ja, ja... Si la enfermedad te
visita, acógela, abrázala! Haz la paz con ella! Que este proceso es una etapa para crecer en un despertar de conciencia o inclusive para entender que el partir es algo normal al cual todos llegamos de diferente manera, pues cada uno es un universo y a cada uno se le da en el momento perfecto .
Cada uno el camino a la luz.
Aprovechemos esta gran oportunidad
cósmica para aportarnos a nosotros mismos y al universo.
lunes, 10 de septiembre de 2012
OCHO REMEDIOS CASEROS PARA BAJAR LA FIEBRE
Hace un par de días llegó a mis manos este artículo que encontrémuy interesante, habla de algunos remedios caseros para bajar un poco la temperatura antes de dar a los más pequeños de la casa algún antitérmico, tan famoso entre los padres. Aunque estos consejos ya son conocidos por casi todo el mundo, a veces, no va mal recordarlos, porque realmente funcionan.
Espero que os guste y que os sea útil. Os adjunto el artículo y el enlace:
Los bebés y niños tienen un sistema inmunológico inmaduro que les lleva a coger muchas más infecciones y enfermedades que nosotros los adultos, y de manera más repetida. Hay niños que tienen la suerte de coger poquísimas cosas y más o menos pasan la infancia bien y otros que, pobrecitos, tienen un historial que bien podría llevar el nombre de algún anciano con varias décadas a sus espaldas.
Sea cual sea el grupo en el que se enmarcan vuestros hijos, seguro que en más de una ocasión han tenido fiebre y seguro que en más de una ocasión has pensado “¿y no puedo hacer yo algo para que le baje la temperatura?”. Pues sí, puedes hacer algo y seguro que tu hijo lo agradecerá. Le hayas dado o no jarabe para la fiebre (paracetamol e ibuprofeno son los más típicos), hay más cosas que pueden hacerse y por eso os ofrecemos hoy ocho remedios caseros para bajar la temperatura de los bebés y niños.
Digo esperar porque muchas virasis son tan pasajeras que un niño tiene fiebre un día y al día siguiente ya no, y digo esperar porque muchas veces vas al pediatra con fiebre de hace unas horas y te vuelves sin saber qué tiene porque el foco no se ve todavía.
Ahora bien, si la fiebre es muy alta y el niño no se encuentra bien, yo no esperaría. Prefiero pecar de prudente que de imprudente. Y si tiene menos de 3 meses, por poca fiebre que tenga, hay que ir al hospital (ya no digo al pediatra del centro de atención primaria), porque son bebés tan pequeños que es necesario y recomendable saber por qué tiene décimas o fiebre.
Más información | Guía infantil
Foto | Gustavo Devito en Flickr
En Bebés y más | Cuándo utilizar los antitérmicos, Calmar la fiebre antes de tratarla, Bebés con fiebre: antes de los antitérmicos…
Enlace directo a la noticia
Espero que os guste y que os sea útil. Os adjunto el artículo y el enlace:
Los bebés y niños tienen un sistema inmunológico inmaduro que les lleva a coger muchas más infecciones y enfermedades que nosotros los adultos, y de manera más repetida. Hay niños que tienen la suerte de coger poquísimas cosas y más o menos pasan la infancia bien y otros que, pobrecitos, tienen un historial que bien podría llevar el nombre de algún anciano con varias décadas a sus espaldas.

Ocho remedios caseros para la fiebre de los bebés y niños
- Quitarle ropa para que el calor pueda dispersarse: la ropa tiene la facultad de “coger” el calor corporal y mantenerlo, evitando también que el aire del exterior toque nuestra piel y nos enfríe. Cuando un niño tiene fiebre lo ideal es que no haya ropa para evitar todo ello. Cuanto más fresquitos estén mejor, así que cuanta menos ropa lleven mejor.
- Que no haga calor allí donde esté el niño: si es invierno y estamos en casa con la calefacción puesta puede ser interesante bajar la temperatura de la casa. En verano debemos tener en cuenta lo mismo, que estén en una habitación ventilada, pero sin que estén en corrientes de aire ni debajo del “chorro” del aire acondicionado.
- Bañar al bebé o niño, dejándole un buen rato en remojo: la otra solución para robar calor al cuerpo es ponerlo en contacto con agua que esté a menor temperatura. El cambio debe ser gradual, evitando baños fríos (hay gente que hace eso, meterlos en agua fría), porque pueden sentarles fatal. Lo ideal es calentar el agua como siempre (34-36ºC) y dejar que pase el tiempo para que el agua vaya bajando de temperatura (jugando con él, explicándole cosas, etc.).
- Utilizar compresas frías: esto es muy típico y muy de las películas. Podemos coger un paño o toalla pequeña y mojarla con agua fría. Se aplican en la frente, en la nuca y las muñecas y se van cambiando a medida que dejan de hacer efecto (se vuelve a mojar). Un efecto parecido, si el niño es un poco más mayor, es poner un barreño con agua fría para que meta las manos y parte de los brazos. A medida que la circulación sanguínea va pasando por sus manos y brazos el cuerpo va bajando un poco la temperatura (que sería un recurso para no pasarse todo el día completamente metido en agua).
- Hacer una dieta líquida para que vaya rehidratándose: si el niño está sudando a causa de la fiebre es aconsejable que le vayamos hidratando. Algunos niños tampoco quieren comer mucho si tienen fiebre y pueden aceptar mejor una dieta líquida, que nos ayudará a rehidratarles. Se aconsejan zumos, agua o caldos y, en caso de los bebés, suero oral o leche materna (artificial si no toma materna).
- Intentar que el niño esté tranquilo: si el niño tiene fiebre elevada lo más probable es que no tenga ganas ni de pestañear. Si en cambio no tiene mucha fiebre sí puede ser que aún tenga fuerzas para moverse (y moverse mucho) y son muchos los niños que, aún con fiebre, no paran. No es que haya que atarles a la silla para que no se muevan, pero se aconseja tratar de hacer con los niños actividades más tranquilas que no les haga aumentar la temperatura corporal ni sudar.
- Darle infusión de girasol: una de las propiedades del girasol es la de ayudar a bajar la fiebre. Se utilizan pétalos secos de la flor de girasol y se hace una infusión con ellos. Para ello se hierve agua, se ponen los pétalos dentro y se deja reposar 10 minutos. Se filtra la mezcla y se le añade azúcar o miel, algo que le dé un poco de sabor dulce. Al niño se le dan un par o tres de cucharadas cada 8 horas.
- Enfriar al niño desde los pies: esto se haría robando el calor del niño desde abajo, desde las plantas de los pies. Mucha gente aprovecha el verano para caminar descalza y, en contacto con el suelo frío (depende del suelo que tengas), el calor parece que disminuye un poco. Además de hacerle caminar descalzo o de meterle los pies un rato en un barreño con agua templada tirando a fría, podemos ponerle rodajas de patata cruda en la planta de los pies. Cuando se calienten las cambiamos por otras que deberán seguir robando calor de sus pies.
Y si le baja la fiebre, ¿no lo llevamos a urgencias?
La fiebre es un síntoma, no una enfermedad. La fiebre por sí sola dice que hay algún tipo de infección contra la que el niño está defendiéndose y esa infección suele acabar dejando más síntomas (dolor de oído, de garganta, escozor al orinar, etc.). Si la fiebre acaba de aparecer hace unas horas lo más probable es que sea prácticamente imposible ver el foco de la infección y lo recomendable suele ser esperar al menos 24 horas para ver si el niño sigue estando malito y si se queja de algo en concreto.Digo esperar porque muchas virasis son tan pasajeras que un niño tiene fiebre un día y al día siguiente ya no, y digo esperar porque muchas veces vas al pediatra con fiebre de hace unas horas y te vuelves sin saber qué tiene porque el foco no se ve todavía.
Ahora bien, si la fiebre es muy alta y el niño no se encuentra bien, yo no esperaría. Prefiero pecar de prudente que de imprudente. Y si tiene menos de 3 meses, por poca fiebre que tenga, hay que ir al hospital (ya no digo al pediatra del centro de atención primaria), porque son bebés tan pequeños que es necesario y recomendable saber por qué tiene décimas o fiebre.
Más información | Guía infantil
Foto | Gustavo Devito en Flickr
En Bebés y más | Cuándo utilizar los antitérmicos, Calmar la fiebre antes de tratarla, Bebés con fiebre: antes de los antitérmicos…
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sábado, 8 de septiembre de 2012
EL PROYECTO
Este proyecto de ser monitora de reflexología infantil, nace de la ilusión de compartir los conocimientos adquiridos que con tanto amor aplicamos en casa como primera "medicina" a mis mayores tesoros, mis hijos.
Con la REFLEXOLOGÍA podemos conseguir además de fomentar un víncuol afectivo entre madre-hijo-madre, padre-hijo-padre, además podemos ayudarles a relajarse, a fortalecer sus defensas o tratar las afecciones más comunes que suelen presentarse durante los primeros años de vida, que tanto nos preocupan a los padres, como pueden ser, problemas respiratorios, otitis, problemas digestivos, etc... Y que mejor que tener esta valiosa herramienta para que sean los propios padres quienes la apliquen aportando así seguridad a sus pequeños ante los malestares que se les presentan.
Empiezo este nuevo proyecto de relizar talleres para madres, padres, abuelos... con el mayor entusiasmo de emprender algo que todo el mundo puede incorporar entre sus costumbres cotidianas, algo tan importante como es la confianza en nuestro propio cuerpo y su capacidad de superar esos conflictos comunes a la infancia y compartir experiencias relacionadas con la crianza más respetuosa, ya que es la que yo decidí llevar a cabo en mi mayor proyecto, mi familia.
Con la REFLEXOLOGÍA podemos conseguir además de fomentar un víncuol afectivo entre madre-hijo-madre, padre-hijo-padre, además podemos ayudarles a relajarse, a fortalecer sus defensas o tratar las afecciones más comunes que suelen presentarse durante los primeros años de vida, que tanto nos preocupan a los padres, como pueden ser, problemas respiratorios, otitis, problemas digestivos, etc... Y que mejor que tener esta valiosa herramienta para que sean los propios padres quienes la apliquen aportando así seguridad a sus pequeños ante los malestares que se les presentan.
Empiezo este nuevo proyecto de relizar talleres para madres, padres, abuelos... con el mayor entusiasmo de emprender algo que todo el mundo puede incorporar entre sus costumbres cotidianas, algo tan importante como es la confianza en nuestro propio cuerpo y su capacidad de superar esos conflictos comunes a la infancia y compartir experiencias relacionadas con la crianza más respetuosa, ya que es la que yo decidí llevar a cabo en mi mayor proyecto, mi familia.
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